Ayy mi Venezuela...
En estas líneas está puesto mi corazón sensible de mujer VENEZOLANA. Por Irma Gómez Párraga.
Esto es mi patria.
Lamentablemente por cuestiones políticas hay desapego a todo lo que signifique arraigo e historia, pero la verdadera.
Pero quedamos nosotros los venezolanos, ahora con mucha convicción en pie de lucha tratando de conservar lo poco que nos van dejando.
No es un montaje, no es una mentira mediática, está ahí, es evidente y puede ser verificado... Muertos... Múltiples videos, fotografías y testimonios lo prueban. Y es lo que está.
Todo aquello que verdaderamente sabemos que existe, y lo que no sabemos o no vemos...
El derrumbe de nuestros corazones, de nuestros sentimientos.
Un bando, por llamarlo de alguna manera, orientados por un nacionalismo mal interpretado, y manipulador, incluso idolatrando a ultranza a Bolívar como algo distinto de un hombre que tenía sentimientos, como cualquier otro, pero que también tenía debilidades, como es normal. Debilidades estas que refuerzan su propia hombría y la fortalecen. Porque es la muestra de la existencia de la esencia, de la naturaleza misma que lo empujó a luchar para liberarnos de, aquello incluso de lo cual descendía… la Madre Patria. O es que Bolívar era venezolano puro y sin mezcla...? O es que Bolívar no pertenecía a la oligarquía? Idolatrando a Chávez y exacerbando la sensiblería de un pueblo manipulable. Saben cual es el talón de Aquiles de sus seguidores y por ahí se meten hasta sacarle pulitura a sus huesos, con la única expectativa de seguir enchufados, succionando esa ubre en la que se ha convertido Venezuela. Todos, propios y extraños a costillas de un muerto y en detrimento de nuestra pobre Venezuela.
Señores, independientemente del “bando” en el que creamos estar, pensemos por un minuto, es que no somos VENEZOLANOS todos? Así con mayúsculas.
Pensemos con la mano puesta en el corazón.
Esto es lo que queremos para nuestro país?
Un país dividido, donde el fín (?) justifica los medios?
Si pensamos así, pues estamos mal y vamos a estar peor.
Estamos inmersos en una especie de túnel sin salida.
Siento asfixia, dolor en lo más profundo porque no encontramos "por ahora" un camino que nos conduzca a la unión, a la fraternidad, a la reconstrucción de un país hecho pedazos por todos sus costados.
Busquemos la luz, ese punto de encuentro que nos conduzca a la felicidad y la paz. Pero la paz de verdad, no esa comiquita con libreto cubanoide, inmoral y asqueroso en la que quieren sentar a todos los factores a los fines de “dar la impresión” de que se tiene genuino interés de lograrlo. Se requiere no sentir a Venezuela para permitir esta calamidad que está diezmando la población.
Volvamos a ser hermanos...adecos, copeyanos, masistas, chavistas, magallaneros, caraquistas, en fin nosotros, vario-pintos como siempre hemos sido. Nunca hemos sido discriminadores, ni racistas, ni genocidas, ni escuálidos, ni xenofóbicos, ni sudacas (como despectivamente se refieren a nosotros, algunas personas ignorantes en nuestra madre patria España, de donde provenimos) ni ningún calificativo oral o gráfico distinto de ser Venezolanos... sin importar cuántas estrellas tenga nuestra bandera (?), sin importar para dónde mira (?) el caballo blanco de Bolívar...superficialidades éstas que no nos conducen absolutamente a nada relevante.
Venezolanos que vibramos al son de nuestro himno nacional (que "por ahora" se ha salvado de ser modificado) cuando lo escuchamos fuera de nuestra tierra y dentro de ella, cuando suena en el palacio de miraflores (por ahora en minúsculas) a la 6 a.m, 12 m. 6 p.m. y nos paramos, en honor a nuestros símbolos patrios, con respeto, descubriendo nuestras cabezas...
Cuando escuchamos la canción VENEZUELA compuesta por 2 españoles que ni siquiera conocían a Venezuela y que en ella plasman un sentimiento profundo, capaz de hacernos llorar de tristeza y alegrías.
Pasión? no... Amor infinito por lo nuestro...por nuestra Historia, la verdadera...como historia. Estudiándola desde sus inicios para conocerla a fondo sin engaños, sin montajes acomodaticios....y enfilar nuestra artillería (en el buen sentido de la palabra) hacia un Norte seguro y próspero, que garantice a nuestra Patria recuperar el sitial de honor que un día tuvimos, y que hemos perdido.
Otros países con menos ventajas naturales que nosotros, nos han rebasado. Bien por ellos, Aleluya, han tenido gobernantes excelentes, que no se fundamentan en la figura mesiánica de un hombre o mujer, gente gerente que se rodea de equipos especializados en quienes delegar esas funciones. Será mucho pedir? Creo, amigos y amigas que a nosotros nos hizo daño la naturaleza... tanta belleza, tanta riqueza, nos ha impedido conocer nuestras potencialidades humanas de producir. Sencillamente, la naturaleza nos provee con abundante petróleo, el cual no sembramos como decía aquel ensayo de nuestro ilustre y siempre recordado escritor Arturo Uslar Pietri, en paz descanse, a quien de paso, particularmente no le agradezco haber dicho una palabra soez en público, que le abrió las puertas a cualquiera para que las dijese sin ningún empacho, incluso hasta por los medios de comunicación social; pero igual, esto no demerita el fundamento esencial de la Siembra del Petróleo.
Pasión? No! amor infinito, porque aquí nacieron mis abuelos, porque aquí nacieron mis padres, porque aquí nací yo, y vi salir de mi vientre el fruto bendito del amor que sentía por otro, que también era venezolano, que a su vez es hijo de venezolanos...
Por ello, no es pasión, sino amor infinito, amor que siento también por mis ancestros, Guaicaipuro, Tiuna, Macaracuay....y gente de Galicia, gente de Madrid, gente de Francia e Inglaterra...en fin una mezcla interesantísima que tenemos todos los que convivimos en esta tierra bendita por Dios, y que podría si quisiéramos aprovechar, ser la más hermosa y pujante de las Naciones. Puerta de entrada a la América del Sur, bañada por el Mar Caribe. Y en sus entrañas el oro negro, fortuna y desgracia de nuestro pueblo.
Despertemos sin guerras, sin fricciones, con honestidad, con conciencia, con gentilicio venezolano y amor de patria, al unísono y en armonía y gritemos…
¡Gloria al Bravo! Caraj..!